Temblores 2: La respuesta

En esta segunda entrega, los seres terroríficos que habitan debajo de la tierra vuelven a sembrar el terror en tierras desérticas mexicanas devorando todo aquello que se ponga a su alcance. Earl Basset, que ya ha vivido la experiencia, hará lo posible para acabar con ellos, contando con la ayuda de un despreocupado Burt, un joven aventurero llamado Grady, y Kate, una guapa científica.

Llegan a casa de Earl Baset (superviviente de la primera entrega) un representante de una compañía petrolera de México y Grady Hoover, un ex taxista lugareño que admira a Earl Baset. Le explican a Earl que se ha divisado en México un nuevo brote de Graboides y le ofrecen el trabajo de exterminar a las criaturas. Earl al principio se niega en rotundo pero después tras una gran oferta (50.000 dólares por Graboide muerto) y las adulaciones de Grady se decide a ir.

Van al lugar de lo ocurrido, unos extensos valles cargados con material que les daba el ejército de México, se encuentran con una base improvisada en una refinería donde le esperan dos mexicanos, Julio y Pedro; y una científica, Kate Wive.

Earl y Grady salen de cacería en una ranchera con un sistema de posicionamiento en cuya pantalla aparecen las líneas geográficas, el posicionamiento del sistema y el de algún objeto o animal de gran tamaño. Cuando divisan a uno utilizan un nuevo método: bajan de la ranchera un coche por control remoto que lleva dinamita y lo van conduciendo hasta que el Graboide se lo traga, que es el momento en el que se acciona la dinamita con el detonador. Todo va bien hasta que notan cómo los Grabaoides se hacen cada vez más listos, y buscan una solución.

Earl llama a Burt Grummer, otro superviviente obsesionado con las armas. Burt ahora está separado y está encantado de ayudar. Llega con un camión militar con gran armamento y potentes explosivos. Kate encuentra un fósil de Graboide que data del Precámbrico (antes de los dinosaurios). Llega una nueva oferta de que si consiguen cazar uno vivo les darán 100.000 dólares.

Con la llegada de Burt los Graboides empiezan a escasear gracias a su constante aplomo, pero Earl y Grady encuentran a un Graboide que no se puede mover. Como la ranchera está inmovilizada llaman a Pedro para que los recoja con una grúa para llevar al monstruo al astillero. De repente el Graboide inmóvil empieza a gritar y van a ver qué es lo que pasa, el Graboide aparece con todo el vientre abierto y colgando tres bolsas, pero no se ve nada más.

La grúa llega pero se para a un kilómetro, no entienden por qué yvan a ver que está pasando. Cen que el motor está reventado y que sólo quedan los brazos de Pedro, las radios están estropeadas así que van a la antena de radio a informar al astillero.

Llegando a la antena de radio ven que está destrozada y divisan un coche que funciona. Van a hacer puente para poder ir con él al astillero pero llega otro monstruo, la evolución del Graboide, el "Shrieker", un bípedo, de unos 60-70 cm de altura, con la boca de su antecesor pero con una sola lengua también más pequeña. Lo consiguen abatir con las escopetas, pero llegan más en estampida por lo que huyen hacia el astillero.

Julio y Kate son atacados por un shrieker y solo Kate logra escapar, al momento que llegan Earl y Grady con sus escopetas lo matan. Llega Burt con el camión militar estropeado, quien ha matado shriekers hasta que se quedó sin munición, luego atropelló a otros y, a los que quedaban, los mató con Karate. Hasta consiguió coger al último vivo, pero no se dan cuenta de que uno había llegado en el camión y éste se queda en el almacén.

Kate examina al shrieker, éste además no se guía por el ruido si no por la diferencia de temperatura, debido a un órgano detector de calor ubicado en su cabeza. De ahí que atacó al motor, a la radio y a todo que despedía calor. La otra sorpresa es que cada vez que se alimentan generan a otro shrieker más pequeño, sin necesidad de aparearse, que en cuestión de minutos adquiere el tamaño de su progenitor.

Aparecen un montón de nuevos shrieker pero, con una astuta estrategia de Burt, los logran encerrar en el almacén. Ya no queda munición y no hay ningún vehículo que se pueda usar así que para hacinar los explosivos dentro del almacén Earl se rocía con un extintor de CO₂, creando la capa blanca de frío, para pasar desapercibido por los shriekers. Acciona una bomba de cuenta atrás. Como todos los explosivos van a estallar se van lejos y con la explosión se barre toda la refinería y los shriekers.

Al final Grady con la cantidad de dinero que ha ganado va a montar un parque de atracciones mientras que Earl y Kate empiezan a salir juntos.