José Rumazo González

José Rumazo, junto a su hermano Alfonso fueron fundadores de la Nueva Acción Republicana Ecuatoriana (NARE), una asociación política que tenía como objetivo la formación del hombre en cuanto individuo y en cuanto elemento social, publicado en un programa mínimo de acción inmediata en 1933. Los problemas a resolver fueron los siguientes[5]: la religión, la enseñanza, el Ejército, Política y Administración, partidos políticos, descentralización, colonización y regadío, la familia y la mujer, salud e higiene, el ámbito internacional y una reforma constitucional.

De nuevo, junto a su hermano, José fundó la Biblioteca Ecuatoriana con el fin de publicar las obras de autores ecuatorianos sin que importe el momento histórico cuando fue escrito. Tampoco se iba a distinguir las disciplinas ya sea historia, literatura, filosofía, ciencia, arte o cualquier otro campo, todas tenían cabida y podían ser publicadas. Todo esto con el fin de hacer accesible las grandes obras de Ecuador para todos, resolvieron los hermanos Rumazo tener suscripciones a "precios inalterables: tres sucres por cada volumen".[6]

Los autores que fueron publicados por la Biblioteca Ecuatoriana incluyen Carlos Dousdebés, Remigio Romero y Cordero, Belisario Quevedo, Alfredo Baquerizo Moreno y Medardo Ángel Silva.[6]

Debido a la época en la que vivió José, sus publicaciones históricas se vieron muy influenciadas por los descubrimientos antropológicos y arqueológicos de la primera mitad del siglo XX. Esto se puede ver en su trabajo "Ecuador en la América Prehispánica"[7]. El estudio divide la historia de Ecuador en los primeros pobladores, los indígenas preincásicos y los incas. En el primer caso, José Rumazo recuenta las teorías de los primeros pobladores desarrolladas especialmente por Paul Rivet y nos sugiere que la población del continente americano se dio tanto por tierra como por mar, por lo que los indígenas ecuatorianos (en palabras de José) tienen ascendencia de "melanesio, de malayo, de polinesio, tal vez de asiático y de australiano". Además, después de los primeros pobladores, los indígenas preincásicos, gracias a los restos arqueológicos estudiados por Max Uhle, tuvieron ascendencia Maya, especialmente los que habitaron en Cañar y Azuay.

Además de la historia antropológica, José también colaboró dentro del proyecto para crear la Biblioteca Ecuatoriana Mínima. Aquí desarrolló el estudio sobre Pedro Vicente Maldonado que se publicaría dentro del libro Prosistas de la Colonia. Para José Rumazo, la vida de Maldonado se podía resumir en "un camino, una carta geográfica y unas memorias", haciendo referencia a la carretera de Quito Esmeraldas que creó Maldonado, el primer mapa de la Real Audiencia y a su trabajo como naturalista, respectivamente.[8]

Es destacable también el esfuerzo de José para recopilar y digitalizar documentos del Archivo de Indias, trabajo que hacía mientras vivía en España por razones diplomáticas. Como resultado de esto nació su libro publicado en ocho volúmenes en 1948 titulado "Documentos para la Historia de la Audiencia de Quito".[9]

José Rumazo fue un gran critico y colaboró junto a su hermano en algunas publicaciones de la Casa de la Cultura. Una de ellas fue la crítica del pintor Víctor Mideros. Allí José comparó a Mideros con los pintores de la Escuela Quiteña y lo destacó como un pintor religioso. Los hermanos Rumazo tenían una relación cercana con el pintor, quien llegó a diseñar la portada para el libro de Alfonso, Vibración Azul.[10]

Además, sus ideas acerca del sentido de la poesía fueron delineados durante una conferencia leída en la sociedad Jurídico Literaria en 1932 titulada "El Nuevo Clasicismo en la Poesía"[11]. Aquí se puede ver a José en sus dimensiones de historiador, filósofo y poeta desarrollando una teoría de la poesía, para llegar a la conclusión de que "El arte moderno es arte clásico. Esta es el más auténtico retorno al clasicismo. Clásico quiere decir actual." La profundidad de los escritos de José toma en cuenta a varias disciplinas al momento de hacer crítica, por ejemplo sobre el arte a inicios del siglo XX vemos que toma en cuenta a los filósofos Bergson y Husserl, así como a Freud para determinar la influencia de estas ideas estéticas:[11]

Así como a principios del siglo la filosofía bergsoniana se filtró en la literatura, de la misma manera los estudios freudianos, la metafísica de Husserl, la nueva filosofía que como la literatura es a su vez expresión de la época, visión parcial de las cosas, las investigaciones lógicas, las trayectorias de la ciencia y cuanto puede ser propio de la hora, refluye sobre la literatura y el arte.

Dentro de su basta obra poética, sus publicaciones más populares fueron sin duda Altamar y Proa. El primer caso se trata de un poemario que a criterio de Manuel Fuentes Vázquez[12], estuvo influido por Altazor de Vicente Hidobro. Altamar esta repleto de poemas metafísicos con una teoría subyacente que está explicada en el mismo libro y gira en torno al concepto de la Anfimetáfora. Esto fue expandido posteriormente en su libro, escrito ahora en prosa, titulado "El Anfimetamorfismo". En breve, el título de este ensayo es un palabra compuesta formada por anfi: dos lados, meta: más allá, y ferein: llevar con el fin de conseguir de esta manera el "doble o múltiple sentido de la palabra".[12]

Por otro lado, en el caso de Proa, Jorge Carrera Andrade, consideraba que con este poemario José Rumazo se presentaba como una gran promesa para la poesía en Ecuador, considerándolo "un poeta descendiente de los maestros castellanos o mejor, de la literatura jesuítica, escolástica." y que sus poemas contenían un "lastre clásico, con vetas de latín y hebreo, le da al poeta agilidad verbal y maestría técnica. Aparecen, página a página, mundos nuevos, irreales, cuajándose en creación ininterrumpida."[13]

Parusía por José Rumazo

A pesar de que su obra literaria fue abundante, el principal libro dentro de su carrera fue su poema épico Parusía. El título de la obra trata sobre la escatología, la serie de creencias compartidas generalmente en religiones (en el caso de José Rumazo el cristianismo) acerca del fin de la historia y el destino del universo. El poema está escrito en versos endecasílabos en su mayoría y fue publicado en siete tomos titulados:

1. El Vértigo del tiempo final
2. El imperio del abismo
3. El glorioso advenimiento
4. El Juicio universal
5. La visiones de conciencia
6. El Juicio final
7. El Juicio y creación transfigurada

• Documentos para la Historia de la Audiencia de Quito
• Ecuador en la América Prehispánica

• El nuevo clasicismo en la poesía
• Víctor Mideros

• Parusía
• Altamar
• El Anfimetamorfismo
• Proa
• Raudal
• Cuentos
• Hacia lo inefable
• Soledades de la sangre
• Sevilla del oro y la leyenda del cacique dorado
• Sendas y encuentos
• Claridades en vislumbres
• Hacia lo Inefable
• Andariegos
• El amor soñado en la muerte
• Ecos del silencio