Incidentes de Guayana Esequiba de 2017

Venezuela y Guyana no tienen una frontera definida, porque el primero reclama el territorio de la Guayana Esequiba, ubicada al oeste de Guyana, dicha territorio se encuentra bajo dominio de facto del segundo país desde que era una colonia del Imperio británico.[2]

El 31 de agosto de 2013 ya se había registrado el ingreso de miembros de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana al territorio controlado por Guyana, el suceso se desarrolló el mismo día de la visita oficial del presidente venezolano Nicolás Maduro, por lo que levantó suspicacias, el gobierno venezolano informó que se encontraba investigando lo que ocurrió, la Fuerza de Defensa de Guyana emitió un comunicado similar.[2] Ese mismo año comenzó una crisis política que desembocó en una crisis de alimentos entre la sociedad venezolana.[3]

Los meses citados son junio[1] y agosto[1] de 2017, según las autoridades de Guyana, si bien la mayoría eran miembros del Ejército venezolano, también hubo ingreso de un grupo armado llamado Sindicato, que robaron alimentos y otros víveres de primera necesidad a los pobladores de la región de Barima-Waini, la mayoría de los ingresos se registraron en el río Amacuro, en la frontera de facto entre ambos países sudamericanos.[1]

Los principales afectados fueron amerindios waraos, los cuales denunciaron que sus viviendas fueron saqueadas por tropas venezolanas que cruzaban la frontera.[3] Desde el 9 de agosto de 2017, dirigentes locales notificaron a la policía de Mabaruma que militares venezolanos acosan a sus comunidades, otra fecha citada solamente como «un domingo de junio», venezolanos se adueñaron de los suministros recién comprados por una comunidad.[3] Un chamán de los waraos llamado Cleveland De Souza[1] notificó:

Detuvieron a la gente y les quitaron sus cosas, mientras estaban armados.[3]

El Ejército de Guyana escoltó a un grupo de policías y aldeanos hacia la frontera de facto con Venezuela, los militares venezolanos reconocieron sus actos y se excusaron con que «tenían hambre y no tenían comida».[3] Durante las noches los pobladores de localidades fronterizas reportaron presencia de personas armadas que exploraban los lugares en busca de cosas.[3]

De Souza informó que se había creado todo un escenario de pánico ante la presencia de militares venezolanos y la poca capacidad de seguridad que brindaba el gobierno, ya que los ataques comenzaban a ser esporádicos a cualquier hora del día:

Los llaman sindicatos (bandidos) y sabemos cómo termina la situación en Venezuela.[3]

La policía de Guyana describió a los soldados venezolanos como «hambrientos» y «desesperados», incluso se capturó a algunos. Los soldados venezolanos puestos en la frontera aseguraron que en sus incursiones no se busca hacer daño a nadie, solo tratan de seguir cumpliendo su labor a pesar de la crisis de abastecimiento en su país.[4]

Las incursiones militares venezolanas trajeron como consecuencias que la paralela inmigración civil venezolana a Guyana sea tratada con hostilidad por los residentes locales,[3] también varios venezolanos ingresan para atenderse en los hospitales y vender psicotrópicos, lo que origina una crisis en el ya limitado sistema interno de abastecimiento, servicio médico y mantenimiento del orden de Guyana,[5] así como un incremento del sentimiento antivenezolano sobre un presunto plan del gobierno de Nicolás Maduro de anexarse la Guayana Esequiba por medio de la migración venezolana.[6]

El presidente de Guyana David Granger, el 22 de febrero de 2018, visitó las localidades de Kaikan y Whitewater, dos de los poblados más afectados por las incursiones. En Kaikan, Grander dijo que ese poblado era una «primera línea» contra cualquier intento de invasión o incursión. El gobierno de Guyana creó dos bases permanentes de la Fuerza de Defensa de Guyana en los mencionados pueblos.[5]

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