Vía intravaginal
La vía intravaginal es una forma de administración de fármacos, o aplicación de artefactos, para que actúen localmente química o mecánicamente en el área interior de la vagina.

Aplicación de fármaco con aplicador
Historia
Existen una serie de documentos antiguos (texto médico chino del 2700 A.E.C., el papiro de Kahun o de Petrie —1850 A.E.C.—, el papiro de Ebers —1550 A.E.C., el Génesis y el Talmud—) que describen distintos métodos para introducir sustancias en la vagina tales como el empleo de cremas vaginales, tampones medicados o sustancias para evitar la concepción.[1]
Tipos de fármacos de aplicación intravaginal
- Antibióticos: como la sulfanilamida.
- Antifúngicos: como el miconazol y el clotrimazol.
- Antisépticos: como el cloruro de benzalconio o la Iodopovidona.
- Hormonas: por lo regular estrógenos.
- Anticonceptivos: espermicidas como el nonoxinol-9.
- Otros fármacos, como el misoprostol.[2]
Formas farmacéuticas

Crema vaginal con clotrimazol 2% y aplicadores de plástico en un tratamiento antimicótico de tres días.
- Líquido: para lavados o duchas vaginales, algunos son antisépticos de venta libre como el cloruro de benzalconio o el ácido acético.
- Óvulos vaginales o tabletas vaginales.
- Cremas vaginales.
- Geles.
Mecánicos
Dispositivos auxiliares
Muchos fármacos, sobre todo aquellos empleados en micosis, o infecciones bacterianas, deben ser administrados con aplicadores especiales que vienen incluidos en la caja.
Referencias
- Velasco Martín, Alfonso; Alsásua del Valle, A.; (et al) (2010). Farmacología Clínica y Terapéutica Médica. España: Mcgraw-Hill/Interamericana. ISBN 9788448604271. Consultado el 21 de marzo de 2018.
- Sonia Tessa (18/12/16). «La pastilla que hace falta». pagina12. Consultado el 17/02/17.
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