Siesta

La siesta es una costumbre consistente en descansar algunos minutos o un par de horas, después de haber tomado el almuerzo, entablando un corto sueño con el propósito de reunir energías para el resto de la jornada o resistir una noche larga.

La hamaca (Die Hängematte) de Gustave Courbet (1844).
Siesta de los perros callejeros en San Cristóbal, Chiapas.
Siesta en San Cristóbal, Cusco, Perú.
Siesta sobre una moto en Vietnam.

Características

Está presente en partes del sur de Europa e Hispanoamérica, pero también en China, Taiwán, Filipinas, India, Oriente Medio y África del Norte. Esta palabra viene de la hora sexta romana,[1] que designa la hora solar sexta, correspondiente a las 12 del mediodía. Con respecto al tiempo, esta puede variar desde 20 minutos a 4 horas, o sea, alrededor de las 14 h., momento en el cual se hacía una pausa de las labores cotidianas para descansar y reponer fuerzas.

La siesta también tiene una explicación biológica. Es una consecuencia natural del descenso de la sangre después de la comida desde el sistema nervioso al sistema digestivo, lo que provocaba una consiguiente somnolencia. Teniendo en cuenta lo copiosas que suelen ser las comidas españolas frente a otras rutinas y regímenes alimenticios europeos[cita requerida] que distribuyen las comidas abundantes más hacia el principio de la jornada, y a la propia cronobiología: independientemente de haber comido o no, la depresión postprandial es un elemento que surge tras aproximadamente ocho horas tras el despertar.[2] Por otra parte, en los trópicos, en ese lapso es cuando hace más calor, e incluso los animales retornan a sus guaridas para descansar.[cita requerida]

No solo tiene una explicación biológica, sino que dormir la siesta está en nuestros genes. Un nuevo estudio del Hospital General de Massachusetts descubrió que un total de 123 partes del genoma humano tienen relación con la siesta e influyen en la decisión de una persona de dormir la siesta o no. Es decir, hay algunas personas que, según su genética, son más propensas a dormir la siesta que otras.[3]

Está demostrado científicamente que una siesta de no más de 30 minutos (más tiempo puede trastocar el reloj biológico natural y causar insomnio por la noche) mejora la salud en general y la circulación sanguínea (aunque esto es discutible: hay estudios epidemiológicos serios que afirman que fomenta el infarto de miocardio)[4] y previene el agobio, la presión o el estrés. Además, favorece la memoria y los mecanismos de aprendizaje y proporciona la facultad de prolongar la jornada de trabajo al poderse resistir sin sueño hasta altas horas de la noche con poca fatiga acumulada.[5]

Personajes como Albert Einstein cantaron sus alabanzas y Winston Churchill, que aprendió la costumbre en Cuba, fue un entusiasta cultivador de la misma, con la consecuencia inesperada de que sus colaboradores quedaban rendidos cuando le veían a él tan fresco a las dos de la madrugada y con ganas de trabajar más, durante los días de la Segunda Guerra Mundial. Uno de los escritores más importantes de la literatura española del siglo XX, premio Nobel, Camilo José Cela, con su sarcasmo habitual, ensalzó la práctica y disfrute de esta costumbre tan española. El novelista decía de la siesta que había que hacerla "con pijama, Padrenuestro y orinal".[6]

Siesta del carnero

Aquella siesta que se duerme antes de comer se conoce como siesta del carnero[7] y también del borrego o canóniga.

"En invierno al imitador humero y en verano la siesta del carnero."[cita requerida]

Canadá

Motel Rideau, ubicado en el 8700 del boulevard Marie-Victorin, Brossard, Quebec, Canadá, anunciando tarifas de siesta y tarifas de noche.

Algunos hoteles y moteles canadienses anuncian tarifas de "siesta" por la ocupación de una habitación durante unas horas. [8]

Véase también

Referencias

  1. DRAE, consultado el 23 de diciembre de 2011
  2. Ebert, D., K.P. Ebmeier, T. Rechlin, and W.P. Kaschka, "Biological Rhythms and Behavior", Advances in Biological Psychiatry. ISSN 0378-7354
  3. Dashti, Hassan S.; Daghlas, Iyas; Lane, Jacqueline M.; Huang, Yunru; Udler, Miriam S.; Wang, Heming; Ollila, Hanna M.; Jones, Samuel E. et al. (10 de febrero de 2021). «Genetic determinants of daytime napping and effects on cardiometabolic health». Nature Communications (en inglés) 12 (1): 900. ISSN 2041-1723. doi:10.1038/s41467-020-20585-3. Consultado el 3 de marzo de 2021.
  4. Campos, Hannia; Siles, Xinia (1 de junio de 2000). «Siesta and the risk of coronary heart disease: results from a population-based, case-control study in Costa Rica». International Journal of Epidemiology 29 (3): 429-437. ISSN 0300-5771. doi:10.1093/ije/29.3.429.
  5. «Los beneficios de una siesta de 26 minutos». abc. 18 jul. 2011. Consultado el 30 ago. 2021.
  6. «Sus visitas a Marbella y las siestas «con pijama, padrenuestro y orinal»». Diario Sur. 24 de enero de 2016. Consultado el 30 de agosto de 2021.
  7. «siesta | Diccionario de la lengua española». «Diccionario de la lengua española» - Edición del Tricentenario. Consultado el 30 ago. 2021.
  8. Zone Économie - ICI.Radio-Canada.ca. «Une nouvelle application pour louer des chambres d'hôtel à l'heure». Radio-Canada.ca (en francés canadiense). Consultado el 23 de julio de 2018.

Enlaces externos

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