Sharof Rashidov
Sharaf Rashídovich Rashídov (ruso: Шара́ф Раши́дович Раши́дов, uzbeko: Sharof Rashidovich Rashidov; 6 de noviembre de 1917 – 31 de octubre de 1983) fue un político soviético uzbeko, primer secretario del partido comunista de la República Socialista Soviética de Uzbekistán, desde marzo de 1959 a octubre de 1983, escritor (premio Lenin de literatura).
Sharaf Rashídov | ||
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![]() Primer Secretario del Partido Comunista de la RSS de Uzbekistán | ||
15 de marzo de 1959-31 de octubre de 1983 | ||
Predecesor | Sobir Kamolovich Kamolov | |
Sucesor | Inomjon Usmonxo‘jayev | |
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![]() Presidente del Presídium del Sóviet Supremo de la RSS de Uzbekistán | ||
21 de agosto de 1950-24 de marzo de 1959 | ||
Predecesor | Amin Niyazov | |
Sucesor | Yodgor Nasriddinova | |
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Información personal | ||
Nombre en uzbeko | Sharof Rashidovich Rashidov | |
Nombre en uzbeko | Шароф Рашидович Рашидов | |
Nacimiento |
24 de octubre de 1917jul.![]() | |
Fallecimiento |
31 de octubre de 1983![]() | |
Causa de muerte | Suicidio | |
Sepultura | Chigʻatoy cemetary | |
Nacionalidad | Soviética | |
Educación | ||
Educado en | Samarkand State University (hasta 1941) | |
Información profesional | ||
Ocupación | Político, poeta y escritor | |
Lealtad | Unión Soviética | |
Rango militar | Mladshy leytenant | |
Conflictos | Frente Oriental de la Segunda Guerra Mundial | |
Partido político | Partido Comunista de la Unión Soviética (desde 1939) | |
Miembro de | Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética | |
Caso del algodón
Un hecho que formó parte de la historia de Uzbekistán durante los años 60-80 fue el desarrollo intensivo del cultivo del algodón, ordenado por Moscú dentro del marco de la especialización de las repúblicas soviéticas. El objetivo final de las planificaciones soviéticas era el de llegar a producir 6 millones de toneladas del "oro blanco uzbeko". Este desarrollo desenfrenado llevado a cabo en unas tierras con un acusado déficit de agua causó un impacto catastrófico en la ecología de la región: el uso desmesurado de abonos químicos y de exfoliantes contaminó la tierra y el agua, mientras que el drenaje acelerado de los ríos Amu Daria y Sir Daria para obtener la irrigación de las tierras produjo el desecamiento del mar de Aral en el que desembocan estos ríos, la superficie del mar quedó reducida a la mitad en 40 años.
Presionados por Moscú, que quería una mayor producción de algodón, los dirigentes uzbekos desarrollaron un sistema corrupto de falsificaciones estadísticas. Sharaf Rashídov, sus allegados y el propio yerno de Leonid Brézhnev, se vieron implicados en el caso de un algodón que nunca existió (se habló de centenares de miles de toneladas), esto proporcionó unas considerables ganancias para el presupuesto del Estado uzbeko, y también para los bolsillos de los principales interesados; en 1983 se puso fin a este gran fraude ocurrido en la historia de la Unión Soviética cuando el mismo fue puesto al descubierto, Rashídov murió de una crisis cardíaca (aunque también se habló de suicidio). La prensa soviética, alimentada por las investigaciones de los jueces Gdlian e Ivanov, se ensañó contra estos clanes uzbekos, presentándolos como una peligrosa mafia culpable de haber emponzoñado a toda la sociedad (definida como una Mafia del algodón o Mafia uzbeka). Los lectores interesados por estas revelaciones tan escandalosas como inhabituales, no tardaron en establecer paralelismos entre el caso del algodón que inició una rápida degradación de las relaciones entre Moscú y las élites musulmanas soviéticas, y el desencadenamiento de la intervención soviética en la guerra civil afgana, de la que Yuri Andrópov fue uno de los promotores más fervientes.
Pese a la magnitud del caso del algodón y la voluntad del actual poder uzbeko de no remover el asunto, Rashídov está considerado, oficialmente, como un dirigente que se involucró mucho en el desarrollo de la república (varios conjuntos arquitectónicos fueron edificados, así como la construcción del metro de Taskent durante su mandato). Obtuvo, asimismo, en provecho de Uzbekistán, una cierta autonomía respecto de Moscú, gracias al uso hábil de sus influencias y a saber aprovecharse del debilitamiento del gobierno soviético. A principios de los años 90 se erigió un monumento en su honor en el centro de la ciudad de Taskent.