Desechos de origen animal

Los desechos de origen animal son todas las sustancias orgánicas que proceden de la crianza o faenamiento de animales en la que se encuentran los excrementos y orina del ganado, los subproductos de la industria de la carne y la producción lechera y los desechos de los criaderos de peces y la acuicultura en terrenos cerrados. Los desechos de origen animal provenientes de la elaboración de la carne incluyen pelo, sangre, plumas, pieles, huesos, cueros, picos, grasa y líquidos. Estos desechos pueden contener materia orgánica y microorganismos patógenos y despedir olores. También pueden ser fuente de bacterias y nitratos, que son contaminantes del agua potable y causantes de enfermedades al ser humano.

Los agricultores usan a menudo los desechos de origen animal como fertilizante y los aplican al suelo. Si se aplican en demasiada cantidad o en forma incorrecta, pueden contaminar los lagos, arroyos y fuentes de agua subterránea y perjudicar la salud humana.

Los fosos de estiércol animal son comunes en una granja y son útiles para la limpieza y el almacenamiento de desechos. Sin embargo, si no se mantienen y ventilan en la debida forma, pueden producir cuatro gases potencialmente mortales: amoníaco, dióxido de carbono, ácido sulfhídrico y metano. A medida que el estiércol se descompone y se fermenta, produce estos gases y puede causar reacciones tóxicas en las personas o los animales, agotamiento de oxígeno, asfixia y aun la muerte. Los gases también pueden causar explosiones. Pueden contener bacterias y nitratos, que son contaminantes del agua potable y causantes de enfermedades al ser humano.

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