Conducător

Conducător —en rumano, traducido literalmente como «líder»— fue el título oficial usado en dos ocasiones por políticos rumanos, y anteriormente por el rey Carlos II.

Historia

La palabra deriva del verbo rumano a conduce, que a su vez proviene del latín ducere —«liderar»—, similar a términos como Dux, Duque, Duce y Dogo. Su significado también es paralelo a otros títulos, como Führer en la Alemania nazi[1][2][3][4] y Caudillo en la España franquista.

Fue empleado por primera vez como un título adicional por el rey Carlos II durante los últimos años del régimen del Frente de Renacimiento Nacional,[2] y poco después nuevamente empleado por el mariscal Ion Antonescu, en cuanto este asumió los poderes dictatoriales después del 14 de septiembre de 1940.[1][2][5][6] Teóricamente, Antonescu era el Primer ministro y el rol de jefe de estado estaba ostentado por el rey Miguel, aunque el poder real estaba en manos de Antonescu.[5][3] De acuerdo con el historiador Adrian Cioroianu, a pesar del uso del término, Antonescu prefería resaltar las conexiones con la Alemania nazi, y después de la caída de la Guardia de Hierro del gobierno de coalición que dirigía —el llamado Estado Nacional Legionario—, estableció un régimen personalista.[2]

El título volvió a ser recuperado durante el régimen comunista de Rumania por el presidente Nicolae Ceaușescu, que comienza en el período posterior a 1968, en un período en que el Partido Comunista Rumano aumentó considerablemente en militancia, pero decreció en importancia por el aumento del culto a la personalidad de Ceaușescu.[7][8][9][4][1][6] El término fue usado en paralelo con el menos común cârmaci —«timonel»—, tomando a su vez retóricas similares de estados comunistas como Corea del Norte y la China maoísta.[2] Mientras que las referencias al partido como la «vanguardia de la clase obrera» cayeron en el desuso,[2] el poder se centró en las prerrogativas de Ceauşescu para emitir órdenes al aparato político.[10]

La elección del término también tenía por objeto destacar una conexión simbólica con los príncipes de Valaquia y Moldavia,[9][6] aunque también se llegó a comparar la conexión entre Ceaușescu y los líderes de Dacia en la antigüedad.[9] A partir de un modelo aplicado a la totalidad de Bloque del Este el politólogo polaco Andrzej Korbonski, que diferenciaba dos tipos de liderazgos comunistas entre los primus inter pares —dirección colectiva— y primus —dirección personal—, el politólogo rumano Cioroianu concluyó que la elección de Rumania por esta última alternativa se basó posiblemente en la tradición política local.[11] Desde el puesto de vista de Cioroianu, el sistema de poder de Ceauşescu obtuvo su otra gran fuente de legitimidad a través del clientelismo político —a resultas de lo que él mismo llamó un «sistema político orbital»—.[12]

Influencia

Numerosos autores serbios han alegado en varias ocasiones que el político croata Ivan «Stevo» Krajačić, miembro de la Liga de los Comunistas de Croacia en la Yugoslavia comunista y confidente del presidente Josip Broz Tito, fue un decidido activista por la independencia croata.[13] Entre otras alegaciones, Krajačić fue acusado de haber adoptado el sobrenombre de «Conducător del separatismo», como un elogio a la postura dictatorial de Ceauşescu.[14]

Referencias

  1. Brady & Kaplan, p. 176
  2. Cioroianu, p. 416
  3. Jelavich, p. 227
  4. Kligman, p. 291
  5. Butnaru, p.70
  6. Chehabi & Linz, p. 14
  7. Berry, p.14
  8. Cioroianu, p. 414, 416 & 422-427
  9. Gallagher, p. 61
  10. Cioroianu, pp. 418-421
  11. Cioroianu, pp. 422-423
  12. Cioroianu, pp. 426-432
  13. MacDonald, p.191-192
  14. MacDonald, p.192

Bibliografía

  • David Berry (2004); The Romanian Mass Media and Cultural Development, Ashgate Publishing, Aldershot.
  • Henry E. Brady, Cynthia S. Kaplan, "Eastern Europe and the Former Soviet Union", en David Butler, Austin Ranney (1994); Referendums Around the World: The Growing Use of Direct Democracy, American Enterprise Institute, Washington D.C.
  • Ion C. Butnaru (1992). The Silent Holocaust: Romania and Its Jews, Praeger/Greenwood, Westport.
  • Houchang Esfandiar Chehabi, Juan José Linz (1998). Sultanistic Regimes, Johns Hopkins University Press, Baltimore, Londres.
  • Adrian Cioroianu (2005). Pe umerii lui Marx. O introducere în istoria comunismului românesc, Editura Curtea Veche, Bucarest.
  • Tom Gallagher (2005). Theft of a Nation: Romania since Communism, C. Hurst & Co., Londres.
  • Barbara Jelavich (1983). History of the Balkans, Cambridge University Press, Cambridge.
  • Gail Kligman (1998). The Politics of Duplicity: Controlling Reproduction in Ceausescu's Romania, University of California Press, Berkely, Los Ángeles, Londres.
  • David Bruce MacDonald (2009). Balkan Holocausts? Serbian and Croatian Victim-Centred Propaganda and the War in Yugoslavia, Manchester University Press, Manchester, Nueva York.
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