Abya Yala

Abya Yala es el nombre más antiguo hasta ahora conocido referido a un territorio americano. Literalmente significaría tierra en plena madurez o tierra de sangre vital. Las naciones americanas tenían una idea de tierra propia como no separable de lo humano. Una idea denominada vitalista, opuesta a la europea basada en la división abstracta de la tierra como un objeto para medir. De ahí que la idea occidental de continente abstracto y aritméticamente separado por líneas sería incomprensible para esas naciones pues lo que existiría según el criterio original es un territorio donde el hombre y sus creencias, ambos, son parte de la tierra física y se nutren de ella, tanto como una montaña o una cordillera. Este criterio no fue aprehendido o englobado nunca por los colonos. De hecho nunca fue tenido en cuenta para reiterar un criterio occidental de continente como ente abstracto o distinto de lo humano. Se trata de dos conceptos de tierra que nunca podrán conciliarse: son inconmensurables porque vienen de dos culturas distintas.

El nombre Abya Yala fue dado por el pueblo guna o Cuna en Panamá y en Colombia, la población Guna Yala del actual Panamá, antes del arribo de Cristóbal Colón y la colonización por parte de los europeos. Bajo un consenso histórico hecho en la actualidad entre naciones originarias dicho nombre ha sido reiterado hoy ampliamente por la mayoría de las mismas como el nombre oficial del continente ancestral en oposición al italianismo o nombre extranjero «América». Diversas civilizaciones también le dieron otros distintos nombres al territorio en sus respectivos idiomas de acuerdo con sus propias visiones culturales específicas análogas al concepto de continente (Mayab en el caso de los mayas de la actual península de Yucatán), visiones que no se identificaban con la idea española del mismo.[1]

Actualmente, en diferentes organizaciones, comunidades, instituciones indígenas y representantes de ellas de todo el continente prefieren su uso para referirse al territorio continental, en vez del término América. El uso de este nombre es asumido como una posición histórica y política por quienes lo usan, explicando que el nombre "América" o la expresión "Nuevo Mundo" serían propias de los colonizadores europeos y no de los pueblos originarios del continente americano.

Uso del término

Abya Yala en la lengua guna significa tierra en plena madurez, o tierra en florecimiento, tierra madura, en oposición al término Nuevo Mundo, dado tras la colonización española. El líder del pueblo Aimara, Takir Mamani, defiende el uso del término Abya Yala en las declaraciones oficiales de los organismos de gobierno de los pueblos indígenas, declarando que "colocar nombres foráneos a nuestras villas, ciudades y continentes es equivalente a someter nuestra identidad a la voluntad de nuestros invasores y sus herederos". Luego, el uso del término Abya Yala, en lugar de Nuevo Mundo o América podría tener implicaciones ideológicas, indicando apoyo a los derechos de las naciones originarias.

Críticas al término

El uso del término deviene de un acuerdo tomado en una cumbre histórica. La primera vez que se utilizó fue en la II Cumbre Continental de los Pueblos y Nacionalidades Indígenas de Abya Yala, realizada en Quito en 2004. Aunque no hay ninguna prueba histórica de que los Guna de Colombia y Panamá se referían con el término Abya Yala a todo el continente, algunos indígenas actuales la reiteran. De cualquier forma, el término América, en un principio, sólo se refería específicamente a la porción sur del continente que se extendía hacia el norte que Américo Vespucio determinó sin más. Cosmológicamente con esa palabra los Guna se referían principalmente a sus tierras ancestrales, es decir, a lo que hoy es Panamá y Colombia sino antropológicamente al concepto materno del territorio ocupado por ellos . Para algunos probablemente se referían también, como Vespucio, a toda la parte sur del continente, se ha replicado que dicho concepto no es conmensurable a la idea occidental de continente ni a la idea de todos los pueblos indígenas de este continente, pero esto pasa a ser irrelevante pues nos referimos al concepto de continente dado por la geografía moderna, además de que se reitera que no hay evidencia de que el pueblo Guna tuviera mayor conocimiento del regiones al sur de Colombia y al norte de Panamá. Cuando el geógrafo Américo Vespucio escribió sus cartas a Soderini, en Florencia, había interpretado encontrarse frente a un Nuevo Mundo para los europeos, pero no para los nativos, un nuevo continente, refiriéndose a toda la masa de tierra que iba desde la Tierra del Fuego hacia América del Norte. Por esto en Holanda el geógrafo Martin Waldseemüller nombró el continente para los europeos América, o tierra de Américo.

Por otra parte el empleo de este término, que ha sido considerado sin bases históricas demostrables, ha sido adoptado por algunos grupos indígenas, como bandera para consolidar grupos políticos de izquierda, en algunos países del continente, sin vinculación con las diferentes culturas que se desarrollan en el territorio continental. En particular, el empleo del término fue impulsado por el movimiento político del indianista Constantino Lima, tras una visita a Panamá. Pedro Portugal Mollinedo y Carlos Macuyasa Cruz lo narran así en “El indianismo katarista. Una mirada crítica” FES, pp.272-273:

(Lima) se detuvo a visitar a los pueblos indígenas de Panamá. Allí se enteró de que se nombraba al continente con el nombre de Abya Yala: “Fue un día inolvidable, porque después de 500 años [de estar] separados artificialmente, llegó la ocasión en que me vi con los hermanos CUNAS, llegué a la isla de USTUPO, una de las 300 islas de San Blas, república de Panamá; sí pues era un solemne encuentro,mientras nos abrazábamos, los corazones también parecían estar conversando, porque el diástole y sístole parecían saltar cual fin de carrera de competencia. Los saylas [depositarios de la sabiduría tradicional] fueron los primeros en recibirme con los rigores y costumbres del indio decente. Entre tantas cosas llegamos al nombre continental. Fue un sayla de 76 años acompañado de otros, quien narró la historia traída verbalmente de generación en generación, y que no podía seguir callando ante un hermano que llega de tan lejanas tierras. Sobre si ese nombre sería restrictivo para uso de los cunas y sobre su significado, Lima indica: “Preguntado [al sayla] si ese nombre era para solo el llamado Centro América, exclamó, NO: el nombre de toda la masa territorial, es decir de a todo lo que dicen; Norte, Centro y Sur América; ABYA-YALA es todo ello; interpretado en idioma continental ABYA significa tierra como algo de   Pachamama y muchos añadidos, YALA: hombre  en auge de juventud. Luego ABAYA-YALA, tierra en pleno auge de juventud madura[2]

Véase también

Referencias

  1. López Hernández, Miguel Ángel (2004). Encuentros en los senderos de Abya Yala (1ª edición). Quito, Ecuador: Ediciones Abya Yala. p. 4. ISBN 9978-22-363-0. 978-9978-22-363-5. Cosultado el 17 de octubre de 2010.
  2. «El indianismo katarista. Una mirada crítica».

Bibliografía relacionada

  1. Gudynas, E. (2003). Ecología, economía y ética del desarrollo sostenible.
  2. Del Popolo, F. (2018). Los pueblos indígenas en América (Abya Yala): desafíos para la igualdad en la diversidad.
  3. Bauer, C. F. (2018, January). La huella de Haití entre el latino-américo-centrismo y la historia universal. In Anais Eletrônicos do Congresso Epistemologias do Sul (Vol. 2, No. 1).
  4. Doña, A. M., & González, F. J. (2018). Prácticas corporales construidas desde Abya Yala: Sentidos educativos y orientaciones para el contexto escolar. Tándem: Didáctica de la educación física, (59), 4-7.
  5. Zumba Hidalgo, R. R. (2018). Los símbolos socio-culturales del Abya–Yala presentes en el libro Galeanas de Eduardo Galeano(Bachelor's thesis, Quito: UCE).
  6. Ocampo, e. D., & Sánchez, a. A. (2018). El pluralismo jurídico. Los principios de interculturalidad, pluriculturalidad y plurinacionalidad desde América latina.
  7. GAJARDO, Antonieta Vera; CAYUMÁN, Angélica Valderrama. Teología feminista en Chile: actores, prácticas, discursos políticos. cadernos pagu, 2018, no 50.
  8. Burgaleta, E., Rodríguez, N. M., & Martínez Fresneda, M. (2018). Identidades amazónicas en conflicto: el indígena dócil frente al insurrecto. Revista mexicana de sociología, 80(1), 139-166.
  9. Cruz, M. R. (2018). Construir la interculturalidad. Políticas educativas, diversidad cultural y desigualdad en el Ecuador. Íconos-Revista de Ciencias Sociales, (60), 217-236.
  10. Guzñay, J. I., & Zamudio, J. V. (2018). Educación y liberación desde la óptica de Leonidas Proaño. Sophía, (24), 145-170.

Enlaces externos

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