José Óscar Herrera

Pertenece a la generación uruguaya de finales de los ochenta que emigró a Europa. Comenzó destacando como defensa en Peñarol, con quien obtuvo la Copa Libertadores de 1987. Cuando le llegó una oferta de Europa la aceptó, aunque se tratara de un equipo de la segunda división española como era el Figueres. A pesar de estar cerca del ascenso, éste no se produce, por lo que acepta una oferta del equipo italiano Cagliari que acaba de ascender a la serie A. Allí coincide con otros dos destacados jugadores uruguayos como son Francescoli, la gran estrella del fútbol uruguayo y que procede de la liga francesa y Daniel Fonseca, que por aquel entonces es una de las grandes esperanzas del fútbol uruguayo. En el fútbol italiano adelanta su posición desde la defensa hasta el centro del campo. En el Cagliari pasa cinco temporadas y luego ficha por el Atalanta de Bérgamo, allí juega dos temporadas para irse a jugar un año en México en el Cruz Azul. Tras un año en México regresa a su país natal y al Peñarol, tras un año ficha por el Rácing de Montevideo, donde también estaría un año para luego emigrar a China donde jugaría un año luego vuelve a Uruguay y ficha por el Montevideo Wanderers donde tras dos temporadas pasa a jugar en Peñarol donde lográ salir campeón, nuevamente, en 2003.

Con la selección uruguaya jugó el mundial de 1990 y salió campeón de la Copa América 1995.