Unión Cívica (1909)

La Unión Cívica fue un partido político argentino que existió entre 1909 y 1916. Surgió tras la disolución del Partido Republicano luego de la muerte de Emilio Mitre, principal figura del partido, y cuando elementos ajenos a aquel partido promovieron la candidatura presidencial del entonces dirigente republicano Guillermo Udaondo. De esa manera los republicanos y los distintos grupos opositores al presidente José Figueroa Alcorta, y por lo tanto a la imposición de la candidatura presidencial de Roque Sáenz Peña, se unieron en un solo partido al que llamaron Unión Cívica.

Unión Cívica
Líder Guillermo Udaondo
Fundación 21 de agosto de 1909
Disolución julio de 1916
Ideología Republicanismo
Reformismo
Liberalismo
Liberalismo económico
Mitrismo
Posición Centro
Sede Buenos Aires
País  Argentina
Comité de la Unión Cívica en La Boca, 1910.

Historia

El fallecimiento de Emilio Mitre, quien era el principal candidato opositor a la presidencia, en mayo de 1909 terminó por liquidar al Partido Republicano. El 18 de junio de 1909 un grupo de dirigentes políticos opositores al gobierno, entre los que se encontraban radicales en desacuerdo con la política de abstención electoral llevada a cabo por Hipólito Yrigoyen, y roquistas, decidieron promover la candidatura de Guillermo Udaondo, quien era el presidente del Partido Republicano. Udaondo aceptaría dicha propuesta y resolvería disolver el Partido Republicano el 19 de junio de 1909, con la aprobación de los dirigentes y afiliados al partido que pronto adhirieron al nuevo movimiento político que se desarrollaba. El 21 de agosto de 1909[1] se fundaría la Unión Cívica y pronto se pusieron en campaña para las elecciones presidenciales que tendrían lugar en marzo de 1910.

La Unión Cívica combatía la imposición oficial de la candidatura de Sáenz Peña y la formaban los ex dirigentes republicanos, de origen mitrista, radicales disidentes, antiguos roquistas y una parte de los dirigentes de la antigua Unión Cívica de 1890. No tenía capital electoral fuera de la Capital Federal y la provincia de Buenos Aires. La Unión Cívica promovía como plataforma política la reforma electoral y la libertad del voto, además de buscar el mejoramiento de la clase obrera. Aun así no tenía posibilidades de triunfar, a pesar de que la prestigiaba un conjunto de ciudadanos respetables y el diario "La Nación".

Los partidarios de la Unión Cívica calificaban la candidatura de Sáenz Peña de "oficialista" y fue la crítica más tenaz durante toda la campaña. Honorio Pueyrredón, partidario de Udaondo y miembro de la Unión Cívica, insistía en aquel calificativo.

El 6 de marzo de 1910 tuvieron lugar las elecciones a senador por la Capital Federal. En ella la Unión Cívica voto por Francisco Beazley, quien sería derrotado por el candidato oficialista Marco Avellaneda. Los cívicos produjeron un manifiesto en el que atribuyeron su derrota a la coacción y al cohecho, calificando al acto electoral como "la mayor extorsión oficial de que haya habido memoria", y por lo tanto resolvieron abstenerse de concurrir a las elecciones de diputados nacionales y las presidenciales del 13 de marzo de 1910. Finalmente, Roque Sáenz Peña sería elegido como presidente de la República cuando el colegio electoral se reunió en junio de 1910.

En 1912, la Unión Cívica se presentaría a los comicios legislativos de aquel año donde ganarían 6 bancas a la cámara de diputados, cinco por la provincia de Buenos Aires (Juan Carballido, Julio Sánchez Viamonte, Emilio Frers, Pedro Bercetche y Avelino Rolón) y una por la Capital Federal (Luis María Drago). En aquella elección la lista de diputados que presentó la Unión Cívica en la Capital Federal incluía a Drago, José Luis Murature, Antonio F. Piñero, Orlando Williams, Santiago O'Farrell, Honorio Pueyrredón, Octavio S. Pico y José Evaristo Uriburu (h). Mientras que candidateaban a Francisco Beazley como senador nacional, quien perdería ante el radical José Camilo Crotto.

En las elecciones legislativas de 1914 la Unión Cívica tan solo presentaría lista de candidatos a diputados en la Capital Federal, en la que no pudieron conseguir ninguna banca. En esa ocasión los candidatos a diputados eran Francisco Beazley, Carlos Ibarguren, Luis E. Zuberbühler, Ernesto Bosch, José Félix Uriburu, Juan Carlos Cruz y Luis Baibiene.

En 1915 el partido es invitado a adherirse al Partido Demócrata Progresista, liderado en ese entonces por Lisandro de la Torre y que intentaba agrupar a todos los partidos liberales, conservadores e independientes del país para sumar fuerzas en el combate electoral contra la Unión Cívica Radical en las elecciones que tendrían lugar el año siguiente. La Unión Cívica decide declararse expectante y no se une al nuevo partido, aunque algunos dirigentes cívicos si se suman al nuevo partido, como José Félix Uriburu.

El 25 de marzo de 1916, Honorio Pueyrredón, uno importante dirigente de la Unión Cívica, da un discurso en apoyo a la candidatura presidencial del radical Hipólito Yrigoyen, en la que se muestra como muchos dirigentes cívicos apoyaban al líder radical.

En junio de 1916 el Colegio Electoral se reunió para proclamar al próximo presidente de la República. Hipólito Yrigoyen, de la Unión Cívica Radical, había ganado en el voto popular pero no le alcanzaba para triunfar en el Colegio Electoral. Los radicales sumaban 143 electores, faltándoles 12 más para conseguir el triunfo. Santa Fe juntaba 15 electores y por lo tanto era un bastión clave para Yrigoyen en el Colegio Electoral. El único problema era que los electores, que favorecían al radicalismo anti yrigoyenista de Santa Fe, no estaban dispuestos a votar por Yrigoyen. Ninguno de los electores opositores (las fuerzas conservadores poseen 134 electores, los demócratas progresistas 65 electores y el socialismo 14 electores) están dispuestos a votar por Yrigoyen, por lo tanto la elección del peludo como presidente peligra.

Una parte de la oposición al radicalismo se pone de acuerdo en votar a una fórmula nacida de la concordancia de los partidos opositores. Se sondeo a Joaquín V. González, a Eufemio Uballes, entre otros para la presidencia pero muchos partidos se negaban a votar por un conservador. Por lo tanto se decidió por Guillermo Udaondo, favorecido por todos los partidos, quien era el líder de la Unión Cívica. La fórmula elegida a votar en el Colegio Electoral sería la de Guillermo Udaondo como presidente y la del radical disidente Rodolfo Lehmann como vicepresidente.

Los electores conservadores, socialistas, demócrata progresistas y radicales disidentes acuerdan en votar a Udaondo en el Colegio Electoral, el dirigente santafesino Camilo Aldao es el encargado de comunicarse con Udaondo para ofrecerle la presidencia. Pero, aún con la insistencia de los partidos, Udaondo no acepta y recomienda a los radicales disidentes votar por su partido de origen.

Sin otra alternativa, los electores de los radicales disidentes de Santa Fe pactan con los partidarios del peludo y deciden votar por Yrigoyen en el Colegio Electoral alcanzando este los votos necesarios para alcanzar la presidencia.

En reconocimiento a la actitud de Udaondo, líder de la Unión Cívica, Yrigoyen llama para integrar su gabinete a Honorio Pueyrredón, quien en era era uno de los principales dirigentes del partido y fue el único ministro que nunca había militado en las filas radicales. Tras esta acción la Unión Cívica se disolvería formalmente y algunos de sus miembros, liderados por Pueyrredón, entrarían a formar parte de la Unión Cívica Radical, mientras otros ingresarían en las fuerzas conservadoras, como Norberto Piñero que resultaría candidato a presidente de la Nación por dichas fuerzas en 1922. Finalmente, Guillermo Udaondo se retiraría de la política y fallecería en agosto de 1922.

Referencias

  1. Carlos R. Melo (1970). Los Partidos Políticos Argentinos. Universidad Nacional de Córdoba. p. 313.

Véase también

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