Tu quoque, fili mi?

Tu quoque, fili mei? (AFI/Tu ˈkʷɔ.kʷɛ ˈfʲilʲi mi/) frase latina dicha por el general y cónsul romano Julio César en el idus de marzo (15 de marzo) del año 44 a. C. La traducción sería: «¿Tú también, hijo mío?»

Origen y causa de la frase

Esta frase de Julio César tiene su origen en el día en que fue asesinado a causa del complot creado por los senadores de la república romana. Los senadores asesinaron al dictador asestándole una puñalada cada uno (supuestamente más de 20), y entre ellos se encontraba Bruto (Marco Junio Bruto Cepión), a quien César dijo (en latín): «¿Tú también, hijo mío?». Bruto era hijo de Servilia, quien había sido durante muchos años amante de César e incluso estuvo comprometido con la única hija del general romano.

Curiosidades

  • Esta frase se usa hoy en día a modo de expresión cuando uno recibe una traición de alguien que no se esperaba.
  • Hay un mito sin confirmar que cuenta que César dejó de defenderse de sus asesinos al ver que su hijo Bruto se encontraba entre ellos. Simplemente se tapó la cara con sus brazos para evitar que se la desfiguraran (ya que era costumbre entre los romanos embalsamar los cuerpos de sus difuntos más importantes, con la finalidad de que pasaran a la posteridad)
  • También se cuenta que un adivino vaticinó a César que tuviera cuidado el idus de marzo pues algo horrible le ocurriría. Cuando llegó el día César se encontró de camino al Senado con el adivino, del que se burló diciendo: ¡Ya están aquí los idus de marzo!. A lo cual el adivino replicó: Sí, César, pero aún no se han ido.
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