Patrick Mackay

Hijo de Harold Murray Mackay, un contador escocés marcado por su servicio militar durante la II Guerra Mundial. Su madre, Marion Eloise Mackay, una mujer de ascendencia criolla originaria de Guayana Británica. El matrimonio dio fruto a su primer hijo, Patrick, y años más tarde a sus hermanas, Ruth y Heather.

Patrick fue frecuentemente abusado física y psicológicamente a manos de su padre Harold; inclusive meses antes de su nacimiento, mientras su padre se encontraba en estado de embriaguez, este pateó en el vientre a su esposa.

En la escuela, Patrick se caracterizaba por hacer bullying a sus compañeros, además de tener un rendimiento bajo. Intentaba evadir ambos lugares, el salón de clases y el violento ambiente hogareño creado por su padre donde constantemente acusaba y golpeaba a su madre. Así que, los únicos pasatiempos que compartía Patrick con su familia era escuchar los sanguinarios relatos de guerra que le contaba su padre por las noches.

Cuanto tenía la edad de 10 años, Harold falleció de un paro cardíaco mientras este se dirigía a su trabajo. Sus últimas palabras a su hijo antes de partir fueron «recuerde que debe ser bueno». A Mackay se le negó asistir al funeral de su padre, se quedó desconcertado ante aquella noticia a tal punto que persistía con la idea que Harold aun seguía con vida, guardando una fotografía de él y enseñándoles a sus compañeros. [3]

Intentó incendiar una iglesia católica haciendo que Mackay asista por primera vez al tribunal a la edad de 11 años, con varios cargos legales por delitos menores. Fue obligado a asistir en diecinueve ocasiones a numerosas instituciones especializadas para jóvenes con trastornos de comportamiento.

Tiempo después, la familia se mudó a Gravesend, y Mackay asumió progresivamente el papel de figura paterna, siguiendo el mismo patrón de su padre, la violencia. Las llamadas a la policía eran tan frecuentes que venían cuatro veces por semana, los vecinos acusaban a Mackay de violencia intrafamiliar ya que en varias ocasiones, echó a su madre y a sus dos hermanas de la casa. Cuando entró en la adolescencia, se había entregado a la crueldad animal, empezó a jugar con cadáveres de aves y arrojó a una hoguera a la tortuga de la familia, también hurtaba los hogares de sus vecinos.

A los 15 años, fue evaluado por el psiquiatra, el Dr. Leonard Carr, quien predijo que Mackay crecería para ser un «asesino psicopático frío y sin remordimientos».[4]

En octubre de 1968, es internado en el Hospital Moss Side, en Liverpool. Mackay había desarrollado una fascinación por la ideología nazi, creía que algún día sería un dictador y dominaría el planeta. Obligando a sus compañeros a que lo llamaran «Franklin Bollvolt The First», un nombre que según él, sería temido por muchos.[5]

Fue dado de alta en 1972, a la edad de 20 años.

Tiempo después, se mudó a Londres junto a un grupo de amigos donde a menudo se encontraba borracho y drogado. Fue despedido de su trabajo en numerosas ocasiones.

En 1973, en un poblado de Kent, conoce al sacerdote Crean y hace amistad con él y, tras pasar un tiempo, Mackay irrumpió su residencia y robó un cheque de £30 libras. Crean lo denunció a pesar de haber intentado persuadir a la policía de que no lo encarcelarán. Se le ordenó pagar una indemnización, pero no lo cumplió. El incidente provoca una ruptura entre ambos y tras ello, regresa a Londres.

Fue por esta época que confesó más tarde, haber lanzado a un vagabundo al Río Támesis por el hecho de haberlo increpado.

Después de que sus amigos se burlaran de su amistad con el Padre Crean, que insinuaron que había sido una «relación homosexual», Mackay se enfurece y reacciona ante ellos, y decide buscar al sacerdote. [6]

En su confesión, Mackay describió su experiencia ese día, afirmó que la puerta del sacerdote estaba entreabierta, por lo que entró y lo llamó. Cuando Crean lo vio, intentó huir de él, pero Mackay lo detuvo. Lucharon, despertando la ira de Mackay, el sacerdote intentó defenderse de sus amenazas. Mackay, con 22 años, utiliza un hacha para asesinar al Padre Crean, cortando el cráneo de la víctima y mirándolo agonizar por una hora seguida. Fue arrestado rápidamente después de que un oficial de policía recordara el incidente entre ambos dieciocho meses antes.

La policía pronto consideró a Mackay como sospechoso de al menos una docena de asesinatos más durante los dos años anteriores, la mayoría de las víctimas eran mujeres ancianas que habían sido apuñaladas o estranguladas durante robos. Más tarde, Mackay afirmó haber asesinado a 11 personas.

Mackay, finalmente fue enjuiciado por cinco asesinatos, estos dos cargos fueron retirados por falta de pruebas. En noviembre de 1975, fue declarado culpable de homicidio involuntario, por motivo de disminución de responsabilidad y fue condenado a cadena perpetua.

En el año 2019, se consideró la liberación de Mackay, después de que pasará un tiempo en una prisión abierta. Sin embargo, la audiencia había sido pospuesta. En mayo de 2021, con Mackay presente en la corte, la Junta de Libertad Condicional anunció que no sería elegible para su liberación. [7]