Ecosistema creativo
Un ecosistema creativo es un sistema compuesto por comunidades de organismos (individuos y organizaciones) que habitan, trabajan y se relacionan en los ámbitos de la creación. El concepto de ecosistema procede originalmente de disciplinas científicas como la biología o la ecología.[1] Al ser extrapolado y aplicado al campo de la creatividad, permite pensarla desde una perspectiva sociológica renovada que aspira tanto al análisis y la comprensión de múltiples fenómenos, como al fortalecimiento y la sostenibilidad de sus procesos en tanto que generadores de bienestar económico, cohesión social y desarrollo territorial.
Los ecosistemas creativos pueden configurarse de manera espontánea y crecer lentamente; ser el resultado de la planificación institucional organizada; o levantarse como escenarios de resistencia frente a las fuerzas dominantes del sistema.[2] Sus agentes basan sus prácticas en la propiedad intelectual, aportando valores agregados como la innovación, el conocimiento y la cultura, lo que las ubica dentro de la llamada economía creativa. Los ecosistemas creativos se diferencian de los clústeres en cuanto que no todos los organismos que los conforman pueden ser caracterizados como empresas, no operan necesariamente en un mismo sector comercial, ni se agremian comercialmente para compartir recursos.
El concepto de ecosistema creativo implica una cierta perspectiva y actitud, que parten de reconocer que sus procesos se ven afectados por:
- Las comunidades a las que se articulan y con las que se identifican los diferentes tipos de creativos u organizaciones implicadas. Los procesos creativos se ven estimulados positivamente por las relaciones de compañerismo, crítica y competencia que se pueden establecer entre los diferentes agentes creativos. En otras palabras, dichas relaciones pueden ser tanto de tipo convergente (asociativo-simbiótico), como generadoras de conflictos por la colisión que resulta de intereses divergentes. Dichas relaciones son más enriquecedoras en la medida en la que sean intergeneracionales e interdisciplinares. Expertos como Richard Florida hablan de las 3T que permiten que un ecosistema sea creativo: Tolerancia, Talento y Tecnología.
- La variedad y capacidad de impacto de organizaciones y agentes activos presentes en un determinado entorno y en un momento específico. En la medida en que las interconexiones y colaboraciones que se establezcan entre unos y otros sean eficientes y fluidas, el desarrollo de todo el conjunto de individuos, plataformas, colectivos, e instituciones que trabajan en y por la creatividad se dará más rápidamente.
- Dinámicas locales y globales que afectan directamente a los distintos actores. Entre las más destacadas vale la pena mencionar:[3] El rol del Estado y las políticas públicas, las cuales afectan directamente la salud y la sostenibilidad de los ecosistemas creativos.[4] El mercado, puesto que las transacciones económicas a las que puedan estar sujetas las diferentes prácticas, servicios y productos derivados del trabajo creativo, estimulan su circulación y, por tanto, su producción.[5] Las nuevas tecnologías, en tanto que vehiculan transformaciones constantes y veloces que a su vez determinan cambios profundos en las relaciones profesionales entre los individuos, los colectivos, las organizaciones y las instituciones. Otras dinámicas, como las determinadas por la sociedad y la historia, implican responsabilidades en doble vía para con la construcción de relatos y narrativas que renuevan la conciencia colectiva, construyen pensamiento propio y permiten la tramitación de temas importantes.
Los distintos grados en los que los elementos anteriores se manifiestan en un determinado entorno, hacen que ciertos ecosistemas sean más propicios que otros para algunos procesos creativos. Es por lo anterior que se puede hablar entonces de ecosistemas que tienen vocaciones (fortalezas) creativas.
Desde 2016, Conexiones Creativas, organización que se define como un tanque de pensamiento y acción para la economía creativa en Iberoamérica, empezó a trabajar en la visión ecosistémica de las artes, especialmente del universo de las artes plásticas y visuales, y en la aplicación y depuración del concepto a partir del debate que abrieron con el encuentro profesional denominado 'Ecosistema Arte', en el mismo año. A partir de allí, empezaron a ampliar la discusión entre los agentes del entonces "sector" y la concepción del ecosistema del arte se empezó a ampliar a todo el ecosistema creativo. Sus publicaciones, en las que recogen las memorias de este encuentro y las denominadas Ecosistemas Creativos, de publicación anual desde 2018 al 2020,[6] dan cuenta de la evolución y la acogida del concepto de ecosistema no solo en Colombia, sino en el territorio ampliado de Iberoamérica, a partir de los aportes propios de Conexiones Creativas, como de distintas voces de agentes de Latinoamérica, España e incluso, de Francia.
Ecosistemas y campos
El concepto de ecosistema parte de la noción de campo propuesto por el sociólogo francés Pierre Bourdieu, quien acuñó dicho concepto con el objeto de clarificar las relaciones entre las prácticas estéticas y los espacios sociales de una manera más evidente que términos como contexto o mundo.[7] Bourdieau definió un campo como:
[...] una red o configuración de relaciones objetivas entre posiciones [...] objetivamente definidas, en su existencia y en las determinaciones que imponen sobre sus ocupantes –agentes o instituciones–, tanto por su situación presente y potencial (situs) en la estructura de la distribución de la ‘especie’ del poder (o capital) cuya posesión impone el acceso a los beneficios específicos que están en juego en el campo, como por su relación objetiva con otras posiciones (dominación, subordinación, homología, etc.). El concepto de campo denota unos escenarios de producción, circulación y apropiación de bienes, servicios, conocimiento o estatus, en los que los distintos actores o agentes del campo, compiten y luchan desde sus posiciones por acumular o monopolizar los diferentes tipos de capital.Bourdieu Pierre, Wacquant Loic. Una invitación a la sociología reflexiva.[8]
A diferencia de este análisis sociológico, la aproximación desde la perspectiva de ecosistema introduce una actitud ética para encontrar mecanismos que favorezcan la sostenibilidad y el crecimiento, desde una visión antropocénica que sugiere una responsabilidad sobre el lugar que ocupan los individuos dentro del ecosistema y qué pueden hacer estos para que a todos los demás organismos, actores y agentes les vaya bien, partiendo de una idea transversal de que si al ecosistema le va bien, todos obtendrán beneficios.
El psicólogo y sociólogo Mihály Csíkszentmihályi plantea una manera de entender la mirada ecosistémica de la creatividad y la cultura, desde un sistema de validación que se explica de forma precisa en la publicación Ecosistemas Creativos 2019, de Conexiones Creativas, y desde el cual los distintos agentes o individuos pueden apropiarse de su lugar y de su responsabilidad frente al quehacer dentro del ecosistema para generar beneficios propios que impactan en el conjunto del ecosistema:[9]
[...] La creatividad es el resultado de interacciones sociales, culturales y psicológicas. Esto es, la creatividad no se produce (sólo) dentro de la cabeza de las personas, sino en la interacción entre los pensamientos de un individuo y un contexto sociocultural. Para el autor, la creatividad es el resultado de la interacción de un sistema compuesto por tres elementos:• Una persona (individuo) que aporta novedad al campo simbólico.
• Un ámbito (campo) de agentes expertos que reconocen y validan la creación o innovación.
• Una cultura (dominio) que contiene reglas simbólicas y en la cual la propuesta creativa puede alcanzar el nivel prescriptivo.Mihály Csíkszentmihályi. Society, culture and person: a systems view of creativity.
Acercando esta propuesta a la realidad (teniendo en cuenta que es una aproximación muy general para entender el circuito de validación de la creatividad a nivel sociológico): el individuo es el creador, es decir el músico, el artista o el diseñador que da origen a un producto creativo u obra. Esa creación pasa luego a ser evaluada, validada y valorada por el campo, en donde los agentes expertos (denominados por Csíkszentmihályi como gate keepers) son los curadores, galeristas, directores de museos y festivales, mánagers, agentes literarios, entre otros, quienes permiten las primeras plataformas de visibilización y de proyección que validan de alguna manera la propuesta artística o producto creativo y le permiten llegar al domino, en el que esa creación se consume.
Salud de los ecosistemas creativos y culturales
"¿Qué es un distrito (creativo), si no un territorio de conexiones vivas?", fue una de las preguntas reflexivas de Mauricio Agudelo, Asesor de Despacho de la Secretaría de Cultura de Bogotá y Líder del Equipo de Economía Creativa, en el segundo Encuentro de Distritos Creativos y Culturales de América y Europa, 2020. Esas conexiones vivas que se generan en los distintos campos que componen al ecosistema son las que dan cuenta de la salud del mismo. A mayores conexiones y dinámicas sucediendo dentro del ecosistema, más saludable y estable será su estado.
Otras contribuciones a la perspectiva ecosistémica de la creatividad y la cultura hablan justamente de tres componentes que permiten un adecuado dinamismo del ecosistema y evidencian no solo del buen estado del mismo, sino también de la estructura ideal dentro del campo del dominio (explicado en el apartado anterior) que, para los autores Aryana Khan y Vishal Kumar,[10] está compuesto por las tres Cs, presentes -por ejemplo- en territorios que han alcanzado un nivel de desarrollo como, Berlín, Londres, Nueva York y San Francisco poseen una articulación funcional entre:
- Cultura, o la infraestructura cultural –tangible e intangible– disponible en y para un determinado ecosistema: de esta hacen parte las universidades, instituciones públicas, entidades mixtas, fundaciones, museos, festivales, espacios de circulación, etc. en donde los productos y expresiones creativas tienen un espacio de proyección y visibilización.
- Comunidades o el compromiso de las comunidades y audiencias (públicos): que juegan un rol relevante y principal para el consumo simbólico y comercial de productos, obras, producciones, servicios y experiencias culturales y creativas, por un lado y de la que también hacen parte activa los agentes mediadores y generadores de contenidos (e.g. curadores y programadores), cuyo papel es permitir la validación y circulación de dichos productos.
- Comercio, es decir, las plataformas o agentes comerciales: ferias, mercados, agentes especializados, galerías, compradores, promotores, patrocinadores, productores, organizaciones privadas, subastas, mecenas, etc. que permiten la circulación de las obras, expresiones y productos creativos y que generan transacciones que le aportan sostenibilidad a todo el ecosistema, impactando a los distintos actores.
Consolidación de los ecosistemas creativos y culturales
Dichas interacciones, así como las dinámicas (locales o globales) que se generan a partir de ellas dentro de esta estructura triangular, configuran la atmósfera adecuada para consolidar los ecosistemas de manera más visible; por ejemplo, a través de los Distritos Creativos y Culturales o territorios -no propiamente así denominados- que concentran a los agentes y sus procesos de producción, la programación, al público y que cuentan con emplazamientos e infraestructura para que el ecosistema pueda desarrollarse allí. Sin embargo y de acuerdo con Conrado Uribe, Director de Contenidos de Conexiones Creativas, ponente de este tema puntual durante el Encuentro de Distritos Creativos América - Europa 2020 y coautor de la publicación Ecosistemas Creativos 2.ª Edición,[11] los ecosistemas y sus representaciones visibles necesitan de acciones que los consoliden; en ese sentido, también se encuentran propuestas interesantes que además son resultado del trabajo con dichos territorios y proveen modelos, metodologías y experiencias vivas que pueden ser tomadas como ejemplo para que otros ecosistemas las adapten a su realidad y las apliquen.
Una de las propuestas es del Arquitecto chileno Leonardo Maldonado, también Co-líder del proyecto Ciudades+B y CEO de Gulliver, quien con su participación en la publicación de Conexiones Creativas, 'Ecosistemas Creativos 2.ª Edición', en el artículo 'Acelerando ecosistemas: un compromiso de todos';[12] contempla seis estrategias (tres desde el entorno y tres desde los actores), que en conjunto con tres factores fijos externos, como son las leyes y normas que ponen las "reglas del juego", el capital y la infraestructura disponible, hacen posible el apalancamiento y crecimiento de los ecosistemas:
Desde los actores
- Incubar personas, no emprendimientos: pues en el enfoque de incubación tradicional, desde el emprendimiento, el fallo en el mismo o el cambio de rumbo es valorado estadísticamente como un "fracaso". Cuando el enfoque es desde las personas se genera la capacidad de resiliencia, en la que los fallos son considerados como parte del aprendizaje en el proceso de emprender e innovar.
- Incubar tribus: como una estrategia efectiva para potenciar el liderazgo local y el florecimiento de talentos; pues los emprendedores y los innovadores no surgen solos, por lo general pertenecen a redes de las cuales aprovechan recursos, obtienen colaboradores y generan espacios de negocio y que de alguna manera soportan a la base del ecosistema, es decir, las personas o creadores como individuos.
- Entrelazar stakeholders: es decir, involucrar dentro de la estructura del ecosistema a todas las instituciones, entidades y organizaciones interesadas en el ecosistema creativo y su salud; estas pueden ser -como se ha mencionado anteriormente- del sector público, entidades mixtas o sin ánimo de lucro, pero también empresas privadas.
Desde el entorno
- Cultivar sentido: a través de la generación de narrativas comunes o ideas aglutinantes, sin desconocer los puntos de vista diversos o la diferencia, que le permitan al ecosistema posicionarse en un territorio o campo compartido a través de elementos comunes, entre las múltiples narrativas de cada uno de los actores que pertenecen.
- Enraizar la cultura: reconocer y hacer que las múltiples entidades (públicas y privadas) reconozcan la importancia de la cultura y de las prácticas culturales.
- Polinización cruzada: asegurar que los distintos actores y los "mundos" o disciplinas al interior del ecosistema se encuentren con la mayor frecuencia posible para promover, entre todos, las capacidades necesarias para vincular al ecosistema de manera sistemática y proactiva con el "resto del mundo".
Sobre este último punto, Conexiones Creativas ha hecho aportes durante los últimos dos años, desde el enfoque de metodología aplicado a casos concretos entre empresas colombianas y el ecosistema creativo, así como desde la divulgación del concepto y su importancia en general para dinamizar las economías de los países. De acuerdo con Paula Trujillo, Directora de Estrategia de la organización y autora del artículo '¿CÓMO CONSOLIDAR UN ECOSISTEMA CREATIVO Y CULTURAL? Los distritos creativos como referentes para los ecosistemas: “to be or not to be”'[13] es en el mestizaje, en la capacidad para mezclarse y en el encuentro de mundos distintos en donde la innovación encuentra su lugar; pues "en síntesis, las industrias creativas y culturales crean valor económico pero sobre todo valor simbólico, medioambiental, social y cultural derramando “riqueza”". Es también, un camino que distintos territorios en el mundo o distritos creativos, que están siendo reconocidos, están aplicando y tienen resultados o experiencias; es el caso de Flandes en Bélgica o de Toronto en Canadá.
Referencias
- Ecosistema Arte 2017 Segunda edición del encuentro profesional del campo de las artes visuales y plásticas en América Latina, realizado por Conexiones Creativas.
- Servais, Alain (2014). «A Resistance Ecosystem». En TALKING GALLERIES NOTEBOOK. 02 (Barcelona): 71-75.
- «Arte y Desarrollo. Un Ecosistema Sostenible». Findlay, Michael (2016). Cuadernos Arte y Mecenazgo.
- «Aportaciones Críticas». Abello Banfi, Jaime (2016). Ecosistema Arte - Edición Latinoamérica 2016. AGITANDO Y COMPRENDIENDO LAS ESTRUCTURAS (Conexiones Creativas).
- Ramírez, Juan Antonio (1994). Ecosistema y explosión de las artes. (Anagrama, Barcelona). 144 págs.
- «Publicaciones Conexiones Creativas».
- Swartz, David (1997). Culture & power: the sociology of Pierre Bourdieu (en inglés). University of Chicago Press. p. 117. ISBN 9780226785950
- Bourdieu Pierre, Wacquant Loic. Una invitación a la sociología reflexiva - ISBN 9789876290098
- Conexiones, Creativas (2019). «La Perspectiva Ecosistémica». Ecosistemas Creativos 2019. Consultado el 2020.
- Khan, Aryana.y Kumar, Vishal. Understanding the art world ecosystem, 2018. En: https://vishalkumar.london/writing
- Conexiones, Creativas (2019). «Ecosistemas creativos y culturales. ¿Qué? ¿Por qué? ¿Para qué?». 2020.
- Conexiones, Creativas (2019). «ACELERANDO ECOSISTEMAS: UN COMPROMISO DE TODOS». Ecosistemas Creativos 2019. Consultado el 2020.
- Conexiones, Creativas (2020). «Ecosistemas Creativos 2020_ ¿CÓMO CONSOLIDAR UN ECOSISTEMA CREATIVO Y CULTURAL? Los distritos creativos como referentes para los ecosistemas: “to be or not to be.”». 2020.