Charles Cullen
Charles Edmund Cullen (nacido el 22 de febrero de 1960) es un asesino en serie estadounidense que confesó el asesinato de hasta 40 pacientes durante el curso de su carrera como enfermero en Nueva Jersey que duró 16 años.[1][2] Sin embargo, en distintas entrevistas con la policía, psiquiatras y periodistas,[3] hizo aparente que había asesinado a muchas personas más, de quienes no podía recordar sus nombres específicamente, pero si los detalles de los crímenes.[4] Los expertos estiman que Cullen puede haber sido responsable de al menos unas 400 muertes, lo que lo convertiría en el asesino en serie más prolífico en la historia. Su número de víctimas confirmadas es de 29.[5]
Charles Cullen | ||
---|---|---|
Información personal | ||
Nacimiento |
22 de febrero de 1960 (62 años) West Orange (Estados Unidos) | |
Nacionalidad | Estadounidense | |
Información profesional | ||
Ocupación | Enfermero y asesino en serie | |
Rama militar | Armada de los Estados Unidos | |
Información criminal | ||
Cargos criminales | asesinato | |
Biografía
Charles Cullen nació en West Orange, Nueva Jersey, en el seno de una familia católica Irlandesa y de clase trabajadora, como el último de 8 hijos. Su padre, Edmond, un chofer de ómnibus, tenía 56 años cuando Charles nació, y murió el 17 de septiembre de 1960 cuando Charles tenía solamente 7 meses de edad. Cullen describió su infancia como "miserable" y dijo haber sido constantemente maltratado por los novios de sus hermanas y sus compañeros de clase. Cuando tenía 9 años, cometió el primer intento de suicidio al beber químicos de un set de química. Tiempo después, mientras trabajaba como enfermero, contó haber fantaseado sobre robar drogas del hospital donde trabajaba y usarlas para quitarse la vida.
La madre de Cullen, Florence Cullen (Ward) murió en un accidente automovilístico el 6 de diciembre de 1977, a la edad de 60 años, cuando Charles cursaba su último año de secundaria. Charles recuerda la muerte de su madre como una experiencia "devastadora", y dice haber estado enfadado de que el hospital no quisiera entregarle el cuerpo de su madre, el cual fue cremado. El año siguiente, Charles dejó la secundaria y se enlistó en la Marina de los Estados Unidos, en donde sirvió a bordo del submarino USS Woodrow Wilson. Logró pasar con éxito el entrenamiento básico y los rigurosos exámenes psicológicos requeridos para unirse a la tripulación del submarino, quienes tenían pensado pasar más de 2 meses sumergidos.
Cullen escaló hasta el rango de contramaestre de segunda clase como parte del equipo que operaba los misiles Poseidon de la nave. A pesar de eso, no pudo amoldarse correctamente en la Marina y fue objeto de novatadas y humillación por parte de sus compañeros. Luego de un año de servicio, Cullen fue descubierto por su oficial contramaestre sentado en la sala de control de los misiles, vistiendo una máscara quirúrgica, guantes y delantal, en lugar de su uniforme. Cullen fue disciplinado por esto, pero nunca explicó claramente por qué estaba vestido de esa manera. La Marina tomó la decisión de reasignar a Cullen a un trabajo más aliviante en la nave de carga USS Canopus. Intentó suicidarse y fue comisionado al pabellón de psiquiatría de la Marina varias veces en los años subsecuentes.
Cullen recibió una baja médica de la Marina en 1984, por razones que no se conocieron. Poco tiempo después, se enroló en la Escuela de Enfermería de Mountainside, en Montclair, Nueva Jersey. Elegido presidente de su clase de Enfermería, se graduó en 1986 y comenzó a trabajar en la unidad de quemados en el Centro Médico de San Bernabé, en Livingston.[6]
Durante este tiempo, conoció y contrajo matrimonio con Adrianne Baum. Su hija, Shauna, nació a finales de ese año. La esposa de Cullen se sentía cada vez más perturbada por su comportamiento inusual y los abusos a los que sometía a los perros de la familia.
Asesinatos

Los primeros asesinatos sobre los que Cullen luego confesó ocurrieron en San Bernabé. El 11 de junio de 1988, Cullen administró una sobredosis letal de un medicamento intravenoso a un paciente. Cullen eventualmente admitió matar a varios otros pacientes en San Bernabé, incluido un paciente con SIDA que murió poco después de recibir una sobredosis de insulina.[4] Cullen dejó San Bernabé en enero de 1992, luego de que las autoridades del hospital comenzaran una investigación para descubrir quien había contaminado algunas bolsas de intravenosa. Esa investigación determinó que Cullen parecía ser el responsable, resultando en la muerte de docenas de pacientes en el hospital.
Un mes luego de dejar San Bernabé, Cullen consiguió un puesto en el Hospital Warren, en Phillipsburg, donde asesinó a tres mujeres ancianas con sobredosis de un medicamento cardiológico llamado digoxina. La última de estas víctimas dijo que "un enfermero furtivo" le había inyectado algo mientras dormía, pero sus familiares y empleados del hospital descartaron sus dichos pensando que eran infundados. El año siguiente, Cullen se mudó a un departamento en el sótano de un edificio en Phillipsburg, seguido del divorcio de su mujer. Compartió la custodia de sus hijas. Cullen luego dijo haber querido dejar la profesión en 1993, pero fue obligado a continuar debido que la corte le había ordenado pagar manutención de sus hijas.
En marzo de 1993, Cullen irrumpió en la casa de una compañero de trabajo mientras ella y su hijo dormían, pero se fue sin despertarlos. Luego comenzó a acosar a la mujer, quién llenó un reporte policial en contra de Cullen. Subsecuentemente, Cullen se declaró culpable de irrumpir ilegamente en su vivienda y recibió un año de libertad condicional. El día después de su arresto, Cullen intentó suicidarse nuevamente. Se tomó 2 meses de retiro en su trabajo y fue tratado por depresión en dos instituciones psiquiátricas, pero tuvo otros dos intentos de suicidio a finales de 1993. En septiembre de ese año, una paciente oncológica de 91 años reportó que Cullen, quien no era su enfermero asignado, había entrado a su habitación y le había inyectado una aguja. Murió al día siguiente. Su hijo denunció que su muerte no era natural y el Hospital Warren sometió a Cullen y a varios otros enfermeros a un detector de mentiras, que Cullen pasó con éxito. Continuó trabajando en el Hospital Warren hasta la primavera siguiente.
Cullen comenzó un período de 3 años como enfermero en la unidad de cuidados intensivos cardiológicos en el Centro Médico de Hunterdon, en Flemington. Dijo no haber herido a nadie durante los primeros 2 años, pero los historiales del hospital de ese período ya habían sido destruidos al momento de su arresto en 2003. Cullen admitió el asesinato de 5 pacientes entre enero y septiembre de 1996, nuevamente con sobredosis de digoxin. Luego consiguió trabajo en el Hospital Morristown Memorial, pero fue prontamente despedido por mal desempeño. Cullen permaneció sin empleo por seis meses y dejó de realizar los pagos de manutención. Luego de buscar tratamiento por depresión en la sala de emergencias del Hospital Warren, fue admitido en una institución psiquiátrica durante un corto tiempo.
En febrero de 1998, Cullen fue contratado por el Centro de Enfermería y Rehabilitación Liberty, en Allentown, Pensilvania, en donde tenía a cargo el ala de pacientes dependientes de respiradores. Allí, Cullen fue acusado de administrar a los pacientes drogas en momentos no programados. Fue despedido luego de que lo vieran ingresar a la habitación de un paciente con jeringas en su mano -un encuentro que dejó al paciente con un brazo roto, pero sin haber podido inyectarlo. Cullen causó la muerte de un paciente en el Hospital Liberty, pero otro enfermero fue acusado. Luego de dejar Liberty, Cullen consiguió empleo en el Hospital Easton, en Easton, Pensilvania, desde noviembre de 1998 a marzo de 1999. El 30 de diciembre de 1998, asesinó a otro paciente con digoxina. Una prueba de sangre realizada en la autopsia del paciente reveló cantidades letales de digoxina, pero una investigación interna en el hospital resultó inconclusa, no había evidencia que apuntara directamente a Cullen como responsable del crimen.
A pesar de su historial de inestabilidad mental y el número de muertes durante su paso por distintos hospitales, Cullen continuaba consiguiendo trabajo debido a una escasez nacional de enfermeros. Adicionalmente, no existía en ese momento un mecanismo para identificar a enfermeros con problemas mentales o laborales. Preocupados por perder credibilidad, los hospitales se negaban a tomar acciones significativas en contra de Cullen.
En marzo de 1999, Cullen consiguió un trabajo en la unidad de quemados en el Hospital Lehigh Valley de Allentown, en donde asesinó a un paciente e intentó asesinar a otro. Un mes después, renunció y tomó un trabajo en la unidad cardiológica del Hospital San Lucas, en Bethlehem. Durante los siguientes 3 años, Cullen asesinó al menos a 5 pacientes y se sabe que intentó asesinar a dos más. El 11 de enero de 2000, intentó nuevamente suicidarse encendiendo un brasero en su bañera, esperando sucumbir al envenenamiento por monóxido de carbono. Los vecinos de Cullen olieron el humo y llamaron al departamento de bomberos y a la policía. Fue llevado a un hospital y luego a una institución psiquiátrica, pero regresó a su casa al día siguiente.
Nadie sospechaba que Cullen estaba asesinando pacientes en el hospital San Lucas hasta que un compañero de trabajo encontró viales de medicación en un cesto de basura. Las drogas no eran valiosas y no eran usadas como drogas recreativas, así que su robo era curioso. Una investigación mostró que Cullen había tomado los medicamentos. La institución médica le ofreció un trato: si renunciaba se le daría una recomendación neutral, de lo contrario sería despedido. Cullen renunció y fue escoltado fuera del edificio en junio de 2002. Varios de sus compañeros de trabajo en San Lucas alertaron luego a la Oficina del fiscal de Lehigh County sobre las sospechas de que Cullen había estado usando drogas para matar pacientes. Los investigadores nunca revisaron el pasado de Cullen y el caso fue desestimado nueve meses después debido a falta de evidencias.
En septiembre de 2002, Cullen comenzó a trabajar en la unidad de cuidados de pacientes críticos en el Centro Médico de Somerset, en Somerville, Nueva Jersey. Alrededor de ese mismo tiempo, comenzó a salir con una mujer local, pero su depresión empeoró. Cullen asesinó al menos a 13 pacientes e intentó asesinar al menos a uno más durante mediados de 2003, usando digoxina, insulina y epinefrina. El 18 de junio de 2003, Cullen intentó, sin éxito, asesinar al paciente Philip Gregor, quien luego fue dado de alta y murió seis meses después por causas naturales.
Poco tiempo después, el hospital de Somerset comenzó a notar el comportamiento de Cullen. Los sistemas del hospital mostraron que había estaba accediendo a registros de pacientes a los que no estaba asignado. Sus compañeros de trabajo comenzaron a verlo en habitaciones de pacientes que no le correspondían. El sistema computarizado de administración de drogas del hospital, mostraron que Cullen estaba solicitando medicamentos para los que sus pacientes no habían sido prescriptos. Estas solicitudes de drogas por parte de Cullen resultaban extrañas, e incluían varias solicitudes que eran canceladas inmediatamente y algunas repetidas en cuestión de minutos unas de otras. En julio de 2003, el director ejecutivo del Sistema de Información y Educación sobre Envenenamiento de Nueva Jersey advirtió a los encargados de Somerset que al menos cuatro sobredosis sospechosas indicaban la posibilidad de que un empleado estaba asesinando pacientes. El hospital demoró en contactar a las autoridades hasta octubre. Para entonces, Cullen ya había matado a otros 5 pacientes e intentado matar a un sexto.
Cuando un paciente en Somerset murió por hipoglucemia en octubre de 2003, el hospital alertó a la Policía Estatal de Nueva Jersey. Ese paciente fue la última víctima de Cullen. Los oficiales del estado castigaron al hospital por no haber reportado una sobredosis no fatal de insulina administrada por Cullen, en agosto. Una investigación a sus trabajos anteriores reveló antiguas sospechas sobre su intervención en la muerte de pacientes. Somerset despidió a Cullen el 31 de octubre de 2003, alegando que había mentido en su aplicación laboral. Su compañera de trabajo, Amy Loughren, alertó a la policía luego de alarmarse al descubrir el historial de solicitudes de drogas de Cullen y su respectivo vínculo con la muerte de los pacientes.[7] La policía lo mantuvo bajo vigilancia por varias semanas, hasta que pudieran terminar su investigación. Los oficiales asignaron a Loughren visitar a Cullen luego del trabajo para hablar con él mientras llevaba un micrófono. Gracias a esto, pudieron producir suficiente evidencia para una causa probable de arresto.[8]
Arresto y sentencia
Cullen fue arrestado en un restaurante el 12 de diciembre de 2003 y se le imputó un cargo de homicidio y un cargo de intento de homicidio. El 14 de diciembre, admitió a los detectives Dan Baldwin y Tim Braun que había asesinado a Florian Gall y había intentado asesinar a Jin Kyung Han, ambos pacientes de Somerset. Adicionalmente, Cullen le contó a los detectives que había matado a más de 40 pacientes durante el curso de los 16 años de su carrera. En abril de 2004, Cullen se declaró culpable en una corte de Nueva Jersey de haber matado a 13 pacientes y de intentar matar a otros dos mediante inyecciones letales, mientras trabajaba en Somerset.[9]
Como parte de un acuerdo de colaboración, Cullen prometió cooperar con las autoridades si ellos no solicitaban la pena de muerte por sus crímenes. Un mes después, se declaró culpable del asesinatos de otros 3 pacientes en Nueva Jersey. En noviembre de 2004, Cullen se declaró culpable en una corte de Allentown de asesinar a 6 pacientes e intentar asesinar a otros 3.[10]
El 2 de marzo de 2006, Cullen fue sentenciado a 11 cadenas perpetuas consecutivas en Nueva Jersey, y no es elegible para libertad condicional hasta el año 2403.[11] Actualmente, se encuentra encarcelado en la Prisión Estatal de Nueva Jersey, en Trenton. El 10 de marzo de 2006, Cullen fue llevado a la corte del Juez del condado de Lehigh, William H. Platt, para una audiencia de sentencia. En un momento determinado del proceso, Cullen le solicitó al juez que "dimitiera del caso" ya que lo acusó de haber hecho "comentarios poco éticos a la prensa sobre el asunto". El juez negó esta petición, a lo que Cullen respondió repitiendo cientos de veces la frase "Su señoría, tiene que retirarse". Se le ordenó a los oficiales presentes que Cullen sea amordazado para poder continuar con el proceso. Cullen continuó intentando repetir la frase, incluso después de ser amordazado.[12] En esta audiencia, Platt lo condenó a otras 6 cadenas perpetuas. Como parte de su acuerdo de colaboración, Cullen trabajó con la policía para identificar a otras víctimas.[2][4][13]
Motivo
Cullen alegó haberle administrado sobredosis a sus pacientes para salvarlos de ser "codificados" (padecer paro cardíaco o respiratorio y ser listados como emergencias de código azul). Le dijo a los detectives que no soportaba ser testigo o escuchar los intentos de salvar la vida de una víctima. Cullen también alegó que lo hizo para poner fin a sus sufrimientos y evitar que sean "deshumanizados" por personal del hospital. Sin embargo, no todas sus víctimas eran pacientes terminales. Algunos, como Gall, tenían pronósticos de mejoría antes de que Cullen los asesinara.[14] La enfermera Lynn Tester, en una entrevista policial, describió a muchas de las víctimas como "gente en recuperación"..[15]
En lugar de usar calmantes y estimulantes comunes, a los cuales su acceso estaba estrictamente regulado por los hospitales debido a su valor como drogas callejeras, Cullen eligió usar como instrumentos las drogas como la digoxina y la insulina, que tenían poco uso fuera de un hospital y eran menos propensas a llamar la atención.
Los investigadores dijeron que Cullen podría haberle causado sufrimiento a sus pacientes, pero que parecía no darse cuenta de esto, contradiciendo sus comentarios de querer salvar a sus pacientes. Cullen dijo a los investigadores que, aunque muchas veces observaba a sus pacientes sufrir por días, la decisión de cometer cada asesinato era impulsiva. Dijo a los detectives en diciembre de 2003 que había vivido toda su vida en una niebla y que tenía pocos o ningún recuerdo de asesinar a la mayoría de sus víctimas.[cita requerida] Dijo no poder recordar a cuántos había matado o por qué los había elegido. En algunos casos, Cullen negó fervientemente cometer asesinatos en ciertas instituciones, pero luego de revisar los historiales médicos, admitió estar involucrado en la muerte de algunos pacientes .
Impacto Legal
Cullen fue capaz de moverse de institución en institución gracias a, en su mayoría, la falta de requerimientos para reportar la conducta sospechosa por trabajadores médicos, y la inadecuada protección legal de los empleados. Nueva Jersey y Pensilvania, como muchos estados, solicitaba a las instituciones de la salud reportar muertes sospechosas solo en los casos más críticos, y los castigos por no hacerlo eran menores. Muchos estados no le proveían a los investigadores la autoridad para descubrir dónde un empleado había trabajado anteriormente.[16]
Los empleadores temían investigar incidentes o dar una mala referencia de sus empleados por miedo a que esas acciones desencadenen una demanda legal. De acuerdo a los detectives y al mismo Cullen, varios hospitales sospechaban que estaba lastimando o asesinando pacientes, pero fallaron en tomar las acciones legales correspondientes. Luego de la condena de Cullen, muchos hospitales en donde este había trabajado fueron demandados por las familias de sus víctimas. Los archivos de estas demandas en contra de los hospitales de Nueva Jersey (que todas se arreglaron fuera de la corte) se encuentran sellados.[16]
En algunos casos, algunos empleados tomaron ellos mismos la iniciativa de tratar de prevenir que Cullen fuera contratado, o de fomentar su despido. Algunos contactaron hospitales en secreto, o hablaron en privado con sus superiores para tratar de alertarlos de no contratar a Cullen. Cuando Cullen tomó un trabajo en junio de 2001, en el Hospital del Sagrado Corazón en Allentown, una enfermera que había oído rumores sobre él en el Hospital Easton alertó a sus compañeros. Amenazaron con una renuncia masiva si Cullen no era inmediatamente alejado, y así fue.[17]
Incitados por el caso de Cullen, Pensilvania, Nueva Jersey y otros 35 estados adoptaron nuevas leyes que fomentaban a los empleadores a dar reportes honestos del desempeño laboral de sus empleados y que proveía de protección legal a estos cuando presentaban un reporte veraz de un empleado. Las leyes de Nueva Jersey, en particular, formaron el modelo que el resto de estados seguiría. Primero, el Acta de Seguridad del Paciente, en 2004, incrementó la responsabilidad de los hospitales de reportar "eventos adversos serios prevenibles". El Acta de Mejora de 2005, fue un suplemento a la anterior, y requirió a los hospitales reportar ciertos detalles acerca de sus empleados a la División de Asuntos del Consumidor de Nueva Jersey. También dictaminó que las quejas y los historiales disciplinarios relacionados al cuidado de pacientes sean guardados por muchos años..[16]
Medios
El filme de 2008, "Killer Nurse" (Enfermero Asesino), escrito y dirigido por Ulli Lommel, fue parcialmente basado en Cullen.[18]
El próximo filme "The Good Nurse" (El Buen Enfermero), adaptado del libro "The Good Nurse: A True Story of Medicine, Madness and Murder" (El Buen Enfermero: Una historia verdadera de Medicina, Locura y Asesinato), de Charles Graeber, está siendo guionado por Krysty Wilson-Cairns y será dirigido por Tobias Lindholm.[19]
Véase también
Referencias
- Graeber, Charles (9 April 2007). «The Tainted Kidney». New York. Consultado el 6 April 2012.
- «Killer nurse gets 11 life sentences». March 10, 2006. Consultado el 12 de mayo de 2010.
- «First serial killer on 60 Minutes in 45 years». 60 Minutes. April 25, 2013. Consultado el April 26, 2013.
- Pérez-Peña, Richard (February 29, 2004). «DEATH ON THE NIGHT SHIFT: 16 Years, Dozens of Bodies; Through Gaps in System, Nurse Left Trail of Grief».
- Graeber, Charles. «Serial Killer Charles Cullen Taketh, and Giveth, Life -- New York Magazine - Nymag». New York Magazine (en inglés estadounidense). Consultado el 17 de abril de 2022.
- Graeber, Charles (2013). The Good Nurse: A True Story of Medicine, Madness, and Murder. New York City: Twelve. pp. 6–7. ISBN 978-1455574131.
- «How nurse caught nation's deadliest serial killer, her co-worker».
- «How nurse caught nation's deadliest serial killer, her co-worker». The New York Post. April 14, 2013.
- «Nurse pleads guilty to six more killings, Charles Cullen has now pled guilty to murdering 35 patients in New Jersey and Pennsylvania.». November 18, 2004. Consultado el 12 de mayo de 2010. «In a tone barely audible to the dozens who packed an Allentown courtroom yesterday, serial killer Charles Cullen pled guilty to six more murders and three attempted murders, bringing his death tally to 35 in two states. Relatives of victims strained to hear a reason or explanation from Cullen, who claimed when arrested in December that he had killed about 40 patients in his 16-year career as a registered nurse. But the 44-year-old father of three offered nothing but short responses ... »
- «Nurse pleads guilty to six more killings, Charles Cullen has now pleaded guilty to murdering 35 patients in New Jersey and Pennsylvania.». November 18, 2004. Consultado el 12 de mayo de 2010. «In a tone barely audible to the dozens who packed an Allentown courtroom yesterday, serial killer Charles Cullen pleaded guilty to six more murders and three attempted murders, bringing his death tally to 35 in two states. Relatives of victims strained to hear a reason or explanation from Cullen, who claimed when arrested in December that he had killed about 40 patients in his 16-year career as a registered nurse. But the 44-year-old father of three offered nothing but short responses ... »
- Gettlemen, Jefferey. «As Victims' Relatives Watch, Nurse Who Killed 29 Gets 11 Life Terms». Associated Press. Consultado el 7 April 2013.
- «Over Killer's Loud Objections, He Gets 6 More Life Terms». Associated Press. 11 March 2006. Consultado el 7 April 2013.
- «Killer nurse gets 11 life sentences». March 10, 2006. Consultado el 12 de mayo de 2010.
- Graeber, Charles (2013). The good nurse : a true story of medicine, madness, and murder (First edición). New York: Twelve. p. 95. ISBN 9780446505291. OCLC 707965057.
- Graeber,, p. 147.
- Graeber,, p. 271.
- Graeber,, p. 83.
- Foy, Scott (9 December 2008). «Killer Nurse (2008)». Dread Central. Consultado el 4 September 2018.
- Wiseman, Andreas (7 August 2018). «Jessica Chastain, Eddie Redmayne Nearing Deals For Serial Killer Thriller The Good Nurse». Deadline Hollywood. Consultado el 4 September 2018.