Batería de tracción

Una batería de tracción es una batería eléctrica que impulsa el movimiento de un vehículo eléctrico o híbrido eléctrico. Se distingue de la batería de arranque, que permite alimentar el motor de arranque y el equipamiento eléctrico del vehículo.

Curva de aprendizaje de las baterías de iones de litio: el precio de las baterías se redujo en un 97% en tres décadas.

Las baterías de tracción más utilizadas actualmente son las de iones de litio y para la unión de sus componentes suele utilizarse la soldadura por rayo láser.[1]

Se trata de una tecnología que puede utilizarse en combinación con la electricidad renovable para optimizar la red eléctrica (V2G). Una batería de un vehículo puede recibir electricidad de la red o puede aportar electricidad a la red. Tanto la recepción como el aporte pueden ser gestionados por un software que optimiza este proceso, dependiendo de toda una serie de parámetros, entre los que destaca sobre todo el horario de uso del vehículo y la distancia a recorrer. Es un handicap que muchos automovilistas estarán dispuestos a soportar si ello les supone beneficios monetarios, ya que se podrá adquirir energía cuando es más barata (por la noche) y se podrá vender cuando es más cara (durante el día).

Capacidad

Eléctricos
Híbridos enchufables
Híbridos no enchufables

Véase también

Referencias

  1. «Copia archivada». Archivado desde el original el 19 de diciembre de 2015. Consultado el 20 de marzo de 2012.
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